ALMENDRICOS: Reyana, no teníamos luz, funcionaban, los quiques,...

Reyana, no teníamos luz, funcionaban, los quiques, el petroman, de este último, tomábamos de la basura las sobras, para después enviarlos a la "luna". lo poníamos en la tierra, tapábamos con una lata, antes le habíamos echado saluda, a continuación el misto... ¡Y, Bang!. En fin fuimos pioneros antes que la NASA. Aquello, peligroso era, la temeridad de la niñez. No he olvidado para nada a la mejor de las maestras, a la que con más cariño recuerdo, Mari Collado, aquella si que era una maestra, como sudo por las divisiones, nos leudábamos sin comer, ella también, si a mi madre le hubiese ido lloriqueando la zapatilla se ponía por bandera, pero nunca lo hice, mi pasión por el saber, es tan fuerte, que no había castigo, muy al contrario, un gran regalo, como ha cambiado la enseñanza (Para muy mal) Los libros me dan una tristeza, los críos muchisimo más, a los padres no les preocupan, pasan, la escuela es un aparcamiento, donde el docente, sufre de todo, cuantos profesore/as han tenido que pedir la baja total por una depresión crónica, como olvidar a Doña Hortensia, a Don Salvador, duro era, cuanto debe ese pueblo a sus maestros. Grandes maestros he tenido la suerte de disfrutar, también fuera de la escuela, la mamá María, mi padre, mi abuelo Joaquín, grande inteligencia, verbo ágil, aquellas tardes de tertulias en hora muy taurina, las 5 de la tarde, allí se hablaba de lo divino y humano, como una esponja absorbía, cuanto me ha servido para ir por la vida, gran verdad, el saber no ocupa lugar, al igual que el, cuanto más sé, sé que no sé nada. Hasta una próxima intervención. Recibid un cálido saludo. Teresa Pérez Álvarez