LLUVIA. AGUA. El sur tiene la mejor tierra, por desgracia en cuestión de lluvia, exactamente en Almendricos, es fatal. 7 años viví allí, nunca he estado desconectada con ese pueblo, en el cual vivían mi Bisabuela María Zurano Pérez y todas mis tías, hermanas de mi querida abuela, Teresa Navarro Zurano, la última en dejarnos fue, mi querida tía Emilia. Pero resulta que en Murcia, vive mi primo Julián y además en Lorca, tengo los único cinco primos hermanos por la parte paterna, con lo cual, mi comunicación es cuasi diaria, con el invento del móvil y a lo que yo he bautizado como Guassa, la única ventaja, no soy del móvil, pero a veces las circunstancias mandan, un gravísimo accidente de tráfico en Bus Municipal, me ha dejado invalida severa, como mis padres se me fueron ya, los viajes para verlos acabaron, de hecho hubieran terminado, ya que viajar para servidora es todo un calvario, ya que bajo un documento médico, no me es posible estar sentada más de 15 minutos. Aunque tengo la fortaleza de mi querida Mama María a la que tan sólo le faltaron 3 meses para ser centenaria, dos bisabuelas, tanto la mencionada, como por la parte materna, si llegó a centenaria, solo que no tuvimos escaso acercamiento. No fue lo mismo con la mamá, voluntad férrea, salud de acero, los médicos se echaban las manos a la cabeza, al ver el daño sufrido y hubiera salido viva del Bus (Inconsciente durante 10 días) Seis horas y media de quirófano en el cual, nunca me debieron meter (Circunstancias del mal se imponen) ¡Ay! la codicia, el mal que nos asola este mundo, si no te gusta el dinero, si encima no tienes paredes en tú casa, lees, escuchas buena música, conversas y estamos enamorados hasta las cachas, somos tildados de raros ¡Bendita rareza la nuestra! como Benditos son todos los familiares de los que he estado rodeada, la mamá, mis queridos abuelos, mis tías y primos, es todo un privilegio nacer en una familia de intelectuales, al menos así lo siento, tuve la hermosa y gran suerte de amar y ser amada con la misma intensidad, un desidia medica, se llevó al ser al que más amo, quede con nuestros cuatro pequeños, hoy día los cuatro son licenciados universitarios, los hay con más de una carrera, el caso del mayor, un ser cuyo interior es el vivo retrato de su padre. Mi querido tutor, mi mayor alegría, Miguel Ángel. Abogado, Empresariales, y ahora especializándose en abogacía del trabajo, otra lumbrera, los genes se heredan, más arrastra los idiomas, cosa que dominaba su padre y que dominan los cuatro, inglés, y Alemán, algo de sueco, ya que la segunda es licenciada en turismo, un informático y la pequeña otra abogada, servidora, Miguel Ángel, Ana, lectores empedernidos, la cultura musical la recibieron de su padre un gran melómano. En fin del clima hemos pasado a la cuestión familiar, algo que no puedo, ni debo obviar, todos tantos los que se fueron, como los que quedan son parte de mi vida, les quiero. Fueron siete años maravillosos. Nos fuimos a otro pueblo al cual le tengo un especial cariño, conocí a los seis meses de llegar al ser amado, el pueblo está situado en las faldas de la sierra de Baza, Baúl, un baúl muy abierto, donde si disfruté del agua, los nacimientos, pequeños o grandes, se suceden uno tras otro, el frio, y la nieve, de la que tanto disfrute. De Espíritus libre, los pueblos pequeños, tienen algo muy especial, soy muy de campo, pocos secretos se me escapan. Desde Palma de Mallorca, les envía un cálido sobrazo. Teresa Pérez Álvarez