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BENIAJAN: Hemos nacido y crecido en uno de los territorios de...

Hemos nacido y crecido en uno de los territorios de nuestra Región que con más orgullo ostentan su murcianía: la Cordillera Sur. Esta entidad geográfica a caballo entre huerta y montaña, que va desde La Alberca hasta Cañadas de San Pedro (pasando por Santo ángel, Algezares, Los Garres, Tiñosa, Beniaján, Torreagüera y Los Ramos), ha sido cuna de murcianos tan ilustres y tan involucrados con su tierra como Antonete Gálvez, Saavedra Fajardo, Adrián Viudes... Todos fueron cordilleranos inquietos que, como nosotros hoy y cada uno a su manera, creyeron y lucharon por una Murcia mejor. Independencia, desarrollo agrario e industrial, llevar el nombre de Murcia más allá de nuestras fronteras, fomento de la cultura murciana, conservación de nuestra esencia como pueblo, etc. Han sido objetivos constantes de los habitantes de la Cordillera Sur a lo largo de toda su historia.

Estas ideologías aún siguen vigentes en nuestros pueblos y trabajamos en base a ellas en la medida que se nos permite. Si se nos oye poco o nada a nivel autonómico es, principalmente, por la carencia de independencia municipal y de voz en los foros regionales. Y es que esa debe de ser nuestra principal aspiración: AYUNTAMIENTO.

Cierto es que nuestra división municipal sigue la tradición castellana (términos extensos bajo dominio de una única villa); pero todos sabemos que nuestros pueblos son anteriores, eminentemente de origen árabe, proliferando de forma mucho más intensa que lo hicieran en la Meseta. Nuestro Reino estaba y está colmado de asentamientos humanos, que además fueron repoblados por aragoneses tras la Reconquista y crecieron a la manera de éstos (de ellos heredamos, por ejemplo, el hermoso e inexplicablemente olvidado concepto de comarca). Pero en cambio, nuestra división administrativa vino dada por Castilla y, para desgracia futura de los pueblos murcianos más pequeños, sólo se dió importancia y poder político a los grandes (como si del vasto y deshabitado territorio mesetario se tratara, donde hay pocos pueblos pero todos importantes). El resultado queda hoy más que latente: Murcia es tan escasa en municipios como una provincia castellana, pero tiene tanta cantidad de pueblos dispersos en su geografía como cualquiera de los territorios de la vieja Corona de Aragón (donde cada uno de ellos sí mantiene su consistorio). Muy ilustrativo resulta ver cómo en la Vega Baja o en la comarca valenciana de L'Horta, con una forma de ocupación del territorio y evolución urbana de sus nucleos similar a la ocurrida en la Huerta de Murcia, todos los pueblos cuentan con ayuntamiento propio por pequeños que sean o por muy cercanos que se encuentren entre sí. En definitiva, ¿alguien conoce una provincia con más pedanías que la nuestra? ¿por qué en esta Comunidad hay comarcas que prácticamente coinciden con los límites de un sólo municipio? ¿no será que en algún momento confundimos COMARCA con MUNICIPIO, mermando las posibilidades de progreso de decenas de pueblos?

Por todos es sabido que las aspiraciones independentistas de Beniaján vienen de antiguo, ya sea en solitario o en mancomunidad con localidades vecinas. Mucho se ha barajado la posibilidad de crear un municipio común a todos los pueblos de la Cordillera Sur, pero esta idea se enfrenta a problemas muy serios desde su propia concepción: ¿qué nombre tendría? ¿dónde se ubicaría la sede del consistorio? La capitalidad histórica de Beniaján sobre los territorios cordilleranos, aunque aceptada por todos, se remonta demasiado en el tiempo y ya no responde a la realidad social que presenta actualmente la Cordillera Sur. Elegir hoy capital supondría la aparición de unas disputas entre localidades que jamás han tenido lugar en la Costera y sólo llevarían al fracaso del nuevo municipio.

Está claro, pues, que no ha de buscarse la autonomía municipal agregando varias pedanías bajo un único consistorio, sino que cada uno de los pueblos debería poder hacerlo de forma particular y voluntaria; de lo contrario, nos encontraríamos en una situación semejante a la que actualmente se tiene en nuestro caso bajo el ayuntamiento de Murcia: una localidad tendría siempre el mando dentro del municipio, por encima del resto de pueblos constitutivos del mismo. Por supuesto, el criterio de segregación debe ser válido además para cualquier pedanía de la Comunidad; no sólo aspiran al consistorio localidades de la Huerta (con El Palmar y Beniaján a la cabeza): aplastantes los ejemplos de La Manga y El Algar (que reivindican su autonomía desde hace décadas), a los que han de añadirse los no menos sonoros casos de Barranda, Archivel, Cabo de Palos, Balsapintada, Hoya de Lorca, La Paca, Barinas, etc.

Si ante los deseos beniajanenses de adquirir la municipalidad aún hoy queda algún escépcico, paradigmático y muy ilustrativo resulta el caso de Los Alcázares. Se trata de un ejemplo de libro de cómo una localidad crece como la espuma (en todos los sentidos) símplemente a raíz de adquirir su autonomía. Y lo más importante es que no sólo se enriquece a sí misma, sino que engrandece a toda la Comunidad.

Empecemos a luchar por ello. Beniaján, por su Ayuntamiento.

JYZ.