La tradición exportadora de cítricos en Beniaján es muy remota, siendo pionera en todo el Levante español. De las primeras empresas que impulsaron el desarrollo industrial de la villa a principios del siglo chica, en muchos hogares beniajanenses aún se conservan papeles de envolver la fruta y octavillas publicitarias como recuerdo de la época. Siempre aparece en ellas una alegoría, una imagen representativa de la empresa o del pueblo (en este caso, el tema elegido es la patrona local). Hoy son piezas muy codiciadas por coleccionistas..