Oh, no hablemos de política, tampoco de lo mal hecho... No hablemos de nada. Que nos sigan tapando la boca. Así estamos más bonitos. Como en tiempos pasados ya fenecidos, por suerte. Pero Aquí no se nota mucho.
¿Para cuando la nueva rotulación de las
calles?. Nos vamos a morir con la amenaza de que nos lleven a hombros por la
calle del Caudillo y, sacados de la
Iglesia, nos conduzcan por la calle de José Antonio Primo de Rivera. ¡¡¡Presentes!!!