El legendario
santuario de la
Virgen de la Peña está junto al
pueblo murciano de
Canara. Poblado originariamente por mudéjares, pasó a formar parte de la Baylia de Caravaca tras la Reconquista, edificándose entonces sobre la
montaña un
castillo medieval y una
iglesia para rendir culto a
Santa María. Probablemente éste sea uno de los primeros templos dedicados a la Virgen en el antiguo Reino de
Murcia.
El primitivo santuario, al igual que el de la Santísima
Cruz de Caravaca, pasaría a manos de la Orden de Santiago en 1335. De esa época ya consta la existencia de la venerada imagen de la Virgen de la Peña, en torno a la cual se forjaría la leyenda de su aparición a unos labradores dentro de un tronco. La talla, esculpida en madera y revestida con túnicas y
mantos regalados por los fieles, representa a María en actitud orante, portando entre sus manos un ramo de rosas. El templo ha sufrido numerosas modificaciones a lo largo de su dilatada
historia, fechándose la iglesia actual en el siglo XVII.
Las
fiestas de la Virgen se celebran en el mes de agosto. El día 14 "bajan" a la imagen hasta la iglesia del pueblo y el día 21 la "suben" en
romería nuevamente a su
ermita, traslados muy enraizados en toda la comarca. Los vecinos de la cercana ciudad de
Cehegín, especialmente devotos de la Virgen de la Peña, acuden hasta el santuario haciendo un descanso en la ermita de Santa Bárbara, que está a mitad de
camino