El escultor Rafael Pi Belda (hijo adoptivo de Caravaca) ha plasmado muy bien en esta escultura el caracter andarin de San Juan que lo llevo a visitar tantas veces la ciudad de Caravaca que como él lleva el sobrenombre de la Cruz. Aqui fundó el monasterio que aún mantienen los frailes carmelitas en la calle Corredera frente a la Iglesia de la Purisima y la Torre de los Pastores, que se ve en otra fotografía.