Debe permanecer así, sin que entre asfalto y hormigón, de esta forma se preservará un espacio natural incomparable, recondito y donde las únicas construcciones son viejas
ruinas de
casas de
labranza.
Resultan incomparables las vistas a los cuatro puntos cardinades desde el Pico de La
Fuente o Cantalar, como lo llaman los lugareños, es particularmente bella la vista hacía el Norte, en días despejados, dominándose el
Mar Menor en toda su extensión.