El Peral fue un prototipo de submarino con propulsión eléctrica realizado por la Armada Española según un proyecto de Isaac Peral. Fue el primer submarino
militar de la
historia.
Génesis
Aunque no fue la primera vez que se planeaba la construcción de un buque que navegaba en inmersión, en 1885 la novedad era que se propulsaba por medio de la energía eléctrica.
En 1885 el teniente de navío Isaac Peral se dirigió al Ministro de Marina, Manuel de la Pezuela y Lobo, para exponerle sus teorías sobre la posibilidad de realizar un torpedero sumergible para defensa de costas.
El ministro autorizó la construcción del aparato por Real Orden de 4 de octubre de 1886, con un crédito inicial de 25 000 pesetas. En abril del año siguiente, el nuevo ministro de marina, Rafael Rodríguez de Arias, autorizó la construcción.
El buque
Torreta del submarino de Peral
El casco era de acero, con forma de huso y tres tanques de trimado, que achicaban por medio de bombas. La cota máxima de inmersión era de 30 m y se controlaba por medio de dos hélices de eje horizontal accionadas eléctricamente.
Tenía un tubo lanzatorpedos a proa, cosa que no volvería a verse hasta los Holland norteamericanos de la Primera Guerra Mundial.
Coste del buque
El coste final del proyecto quedó según el siguiente desglose:
Elemento Precio
Baterías y acumuladores 75 000 ptas
Tres dínamos 25 500 ptas
Tres locomóviles 30 000 ptas
Dos motores de 30 CV 12 000 ptas
Tres motores 4500 ptas
Tubo de lanzar torpedos 20 000 ptas
Casco del buque 7500 ptas
Jornales y varios 125 000 ptas
Total 299 500 ptas
Construcción y pruebas
Se colocó la quilla en grada el 1 de enero de 1888 y tuvo lugar su botadura el 8 de septiembre en
aguas de
San Fernando.
Se realizaron pruebas en dique el 25 de diciembre de 1888, y para las de
mar se constituyó una comisión, presidida por el capitán general del departamento Florencio Montojo
Trillo, en la que figuraba entre otros el entonces capitán de fragata Joaquín Bustamante y Quevedo.
La comisión impuso las siguientes pruebas a superar por el prototipo:
Velocidad.
Navegación en superficie y evoluciones.
Inmersión dinámica, con pruebas de velocidad.
Lanzamiento de torpedos en superficie e inmersión.
Pruebas de mar de carácter táctico.
Fue la primera vez que se usó la propulsión eléctrica en la Armada Española.
Según Memoria del 15 de febrero de 1890 de Isaac Peral, el buque tenía una autonomía de 66 horas y un radio de acción de 284 millas náuticas (511 km).
Aunque el buque tuvo éxito en los tres simulacros de ataques
nocturnos, fracasó en el diurno contra el Cristóbal Colón y otras unidades menores, cuando fue detectado a 1000 m del crucero. Igualmente, la comisión decidió que el buque no superaba los criterios de autonomía, a pesar de que Isaac Peral comprometió una autonomía que el prototipo sí cumplía.
Cierre del proyecto
A Peral se le concedió la medalla del Mérito Naval con distintivo rojo por el peligro que corrió durante las pruebas.
El 11 de noviembre de 1890, el Ministro de Marina Antonio Cánovas del
Castillo, siguiendo el dictamen del Consejo Superior de la Armada, trasladó a Peral un escrito que había presentado su predecesor en el cargo José María Beránger Ruiz de Apodaca al Consejo de Ministros, cuyo texto era:
«El Comandante del torpedero submarino entregará al arsenal de la Carraca, bajo inventario, acumuladores, bombas, generadores y demás efectos y material de buque».
En junio de 1892 se le desmontaron parte de sus equipos, el tubo lanzatorpedos y los motores, entre otros. Quedó el casco vacío arrumbado en el Arsenal de la Carraca.
Por Real Orden de 3 de noviembre de 1913 se ordenó su desguace, sentencia que no llegó a ejecutarse.
Recuperación para la Historia
El submarino Peral en 2007
Durante cuarenta años, el submarino de Peral fue carne de desguace en el isleño Arsenal de la Carraca, hasta que en 1929, el almirante Mateo García de los Reyes, primer comandante del arma submarina española, logró recuperar el casco y remolcarlo a
Cartagena, instalándose en 1930 en tierra frente a la Base de Submarinos tras retocarse la obra viva.
El 1 de diciembre de 1965, a petición del
Ayuntamiento de Cartagena, pasó a constituirse en
monumento popular en la
plaza de los Héroes de Cavite. Tras la remodelación del frente marítimo de la ciudad, en el año 2002, fue trasladado a una
fuente ubicada en el
Paseo Alfonso XII, junto al
puerto deportivo.
El 15 de diciembre de 2012 se trasladó a una sala del arsenal militar, dependiente del
Museo Naval de Cartagena, para su restauración; siendo inaugurada y abierta al público en septiembre de 2013.