Pero la crisis toca fondo en los noventa y, desde mediados de esa década, se asiste a un nuevo periodo de auge económico y crecimiento urbano, que, desgraciadamente, a pesar de los cambios habidos en el modelo de desarrollo, repite algunos de los errores de la etapa anterior. A principios del siglo XXI
Cartagena ha renovado su industria, ha consolidado su oferta turística gracias a unos recursos culturales cada vez más importantes y ha atraído un intenso tráfico de cruceros. La población alcanza los 200.000 habitantes, proliferan las urbanizaciones periféricas en la ciudad y fuera de ella, y se trabaja en la recuperación del
casco antiguo.