El
centro histórico de la ciudad, de gran unicidad volumétrica y formal se mueve entre el academicismo de inspiración francesa y el modernismo. A finales del siglo XIX y principios del XX en toda Europa progresa una
arquitectura de inspiración francesa y además despunta el modernismo.
Cartagena vive momentos de auge económico por la actividad minera centrada en los municipios de Cartagena-
La Unión y en ambas ciudades triunfará el tinte modernista a la hora de plantear las nuevas construcciones. La morfología de los
edificios, en manzanas cerradas, responde a una tipología de planta baja comercial, plantas de piso con amplios
balcones y
miradores de madera y cornisas sobresalientes, con muchos elementos de forja.