Muchas veces en un mismo
edificio conviven todos estos recursos decorativos, como es el caso del
Palacio Consistorial, obra de Tomás Rico. El exterior responde a una tipología de edificio de corte clásico, con grandes cornisas,
columnas,
frontones y balaustres. No puede considerarse estrictamente un edificio modernista, y sin embargo, sobre todo en el interior, las formas curvas y naturales invaden el espacio. El Gran
Hotel, también obra de Rico y terminada por Víctor Beltrí, es menos academicista. El volumen general está organizado en bandas horizontales y verticales ceñidas por pilastras y cornisas, y el cuerpo curvo que remata el ángulo agudo de la
esquina está cubierto por una
cúpula de zinc y un pináculo. Sin embargo las decoraciones de escayola y las balaustradas presentan formas más orgánicas.