Esta nueva estética inspirada en la
naturaleza no solo introducirá nuevos materiales como
el hierro y el cristal, sino que también revolucionará el interior de los
edificios y sus mobiliarios, y se plasmará en
Cartagena de la mano de grandes maestros como Victor Beltrí o Tomás Rico. Así, la excelente coyuntura económica que ofreció la minería, a pesar de su posterior crisis y explotación de obreros que estallaría en revueltas en 1910 y el atentado ecológico que supuso, permitió el levantamiento de verdaderas obras de
arte en el sistema urbano cartagenero. La “
Casa Cervantes”, primera obra de Beltrí en la ciudad, o el “
Palacio Aguirre” de finales del XIX, la “Casa Zapata”, que aún conserva su excelente
patio en estilo mozárabe, el centenario “Gran
Hotel”, la “Casa Llagostera”, hoy en obras, o la “Casa Maestre”, son algunos de los
monumentos y edificios más emblemáticos de estas fechas. Las construcciones se plasmaron también en edificios de uso público como el “Palacio Consistorial”, la “
Estación de Ferrocarril” o las “
Escuelas Graduadas”, y llegaron también hasta las diputaciones, como el “
Teatro Apolo” de El Algar.