La primera fase de las obras de rehabilitación tenía el objetivo de reforzar la cimentación, inyectando hormigón bajo el edificio. En la segunda fase se abordó el mayor problema, que consistía en reforzar la estructura, vaciando el interior general y sustituyendo los forjados. Fue necesario demoler estructuras y desmontar centenares de elementos que fueron restaurados por expertos artesanos. En la fachada se acometió una cuidadosa y profunda limpieza que logró recuperar los matices y colores originales del mármol y el granito.