El
Parque Torres -conocido popularmente como
Castillo de los Patos por los habitantes del estanque que adorna su recorrido - se sitúa en la colina de la Concepción, la más alta de la ciudad. Este lugar privilegiado en origen tuvo una función sacra y más tarde función defensiva ya desde época musulmana, situándose en ella la Alcazaba, pasando por la fortificación
medieval, a baluarte desde el siglo XVIII. Perdido su valor estratégico, se recupera como espacio público para la ciudad como parque en 1924, diseñado por el arquitecto Víctor Beltrí, como un conjunto clasicista muy del gusto de la época. Durante la Guerra Civil en su cima se situó una de las baterías para repeler los bombardeos y la sirena que avisaba a la población de la llegada del ataque de la aviación enemiga. A partir de los años 60 se han realizado diferentes obras, con renovaciones botánicas, mejora de accesos y recuperación de restos arqueológicos y su puesta en valor como recursos turístico.