La gran corpulencia y amplia copa de esta especie de gran talla lo hacen muy atractivo como
árbol de
sombra para
parque y
jardines. Sus
flores son de tamaño pequeño y aguanta bien la sequía y la proximidad al
mar y es por ello junto con su aspecto exótico, que fue muy utilizado para ornamentar los
paseos y jardines de
Cartagena y otras ciudades marítimas a principios del siglo XX. Recorriendo el parque es habitual verse acompañado por otros de sus inquilinos, los pavos reales, que suelen pasearse por sus jardines y el
mirador de la explanada que ocupa lo que fue la antigua Batería de
San Patricio, desde donde se disfruta de una amplia panorámica de la ciudad y su
puerto.