En 1930, terminan la obras en el
parque, y uno de los muchos visitantes que acuden por entonces a la ciudad, escribe sus impresiones sobre esta obra e incluso se permite sugerir un remate para el inmenso pedestal que forma la
torre truncada del
castillo sobre la cima del cerro, idea que tuvo seguidores, pues fueron varios los proyectos para hacerlo, afortunadamente ninguno de ellos se realizó. «En la meseta se levanta una escalinata y como remate un pedestal; el alcalde que creó el parque y al que se puso su nombre, tenía el proyecto de que en el pedestal figurase una
estatua y todo el parque fuese un
monumento.