Dentro del recinto
amurallado destacaba la
torre del
homenaje, llamada El Macho, construida con grandes sillares de caliza gris del Cabezo Gordo de Torre-Pacheco y travertino rosa de Mula. Son muy frecuentes los sillares y lápidas reaprovechados de
edificios romanos, como la gran lápida de Lucio Emilio Recto que sirve de dintel a la entrada de la torre. Algunos historiadores afirman que al
torreón del
castillo le faltaría una segunda planta completa, lo que habría hecho tener una apariencia final muy similar a la de la torre alfonsina del castillo de Lorca.