Durante la contienda, la
parroquia sufrió el asesinato de su arcipreste Pedro Gambín en la saca del 15 de septiembre de 1936, y el
edificio mismo estuvo próximo a ser completamente devastado, pues el
Ayuntamiento del bando republicano aprobó en pleno su demolición, acción que no llegó a materializarse. La
fachada mientras tanto permaneció todo este tiempo inconclusa a pesar de proyectos como el del arquitecto modernista Víctor Beltrí en 1931 o el de Rafael Braquehais en 1992, y aguarda como el resto de la
iglesia una amplia intervención. La iglesia consta de tres naves cubiertas por
bóvedas de arista y
arcos de medio punto, con soportes de pilastras. Las
capillas se encuentran en los lados de la Epístola y del Evangelio, cada una con un diseño propio. En la nave central, el presbiterio se presenta profundo y semicircular, y vemos en el
altar mayor la
capilla de los Cuatro
Santos y la
Virgen del Rosell. El
coro se encuentra ubicado a los pies de la iglesia al igual que la
torre situada al noroeste con un solo cuerpo. En el frente principal destaca la fachada inacabada, a pesar de los sucesivos proyectos que han afectado al edificio.