Hacia el 425, la ciudad fue asolada y saqueada por los vándalos antes de pasar éstos a África. La ciudad debió reponerse del ataque vándalo de alguna manera, pues en 461, el emperador Mayoriano reunió en la ciudad una flota de 45
barcos con la intención de invadir y recuperar para el imperio el Reino vándalo del norte de África. La batalla de
Cartagena se saldó con una gran derrota de la armada
romana que fue totalmente destruida.