Carthago Spartaria (siglo VI-622): Durante la dominación bizantina, la diócesis Carthaginensis, que era sede metropolitana, perdió esta condición por decreto del rey visigodo Gundemaro, que trasladó la sede a
Toledo. Hacia el 622, los visigodos, dirigidos por el rey Suintila, tomaron y, según cuenta
San Isidoro, destruyeron y asolaron por completo la ciudad, causándole una profunda decadencia. Sin embargo, este comentario quizás pecó de exagerado, ya que en 675, Múnulo, obispo de
Cartagena, aparece firmando un acta del XI Concilio de Toledo, lo que demuestra que en ese momento había un obispo con su sede en la ciudad.