Es durante el reinado de Felipe II cuando Miguel de Cervantes visita varias veces la ciudad y le dedica estos versos: Con esto poco a poco, llegué al puerto
a quien los de Cartago dieron nombre,
cerrado a todos vientos y encurbierto.
A cuyo claro y sin igual renombre
se postran cuantos puertos el mar baña,
descubre el sol y ha navegado el hombre...