Soy una jumillana afincada en
Mallorca desde hace muchos años, pero todavía siento en mí el olor a tomillo y romero del
monte de
Santa Ana, los atardeceres hermosos en el
Paseo de la Asunción, el sonido de los tambores y las trompetas de los armaos en
Semana Santa y la imagen inolvidable de mi
Cristo que con su mirada me dice que siempre está conmigo aunque esté lejos de mi
pueblo querido.Añoro mi
calle del Loreto, mi
casa, los buenos
amigos que allí quedaron .
Jumilla ¡cuánto te echo de menos¡.