Recuerdo que tendría dos años y medio cuando mis padres me llevaron con mi abuela para quitarse una boca de encima. Cuando volví al pueblo, los chavales de mi edad nos ibamos a comer higos en bernizo, brevas, cerezas, albaricoques y peros en la cuesta del Olivar, para mí era lo más maravilloso de quella miinfancia, ya que, en aquel entonces no existían ni neveras, lavabos, ni ducha ni nada por el estilo ya que para fregar los cubiertos tenían que recorrer dos o tres kilómetros para llegar al río. Por no haber no había ni trabajo para nadie en aquella época, ahora nos quejamos de que hay cuatro millones de parados. En aquella época de 1950 yo recuedo que mi padre trabajaba dos meses al año, incluso mes y medio, por lo que tenía que ir a comprar fíado pan y aceite para todo el año, que era la comida preferída por aquel entonces de los pobres.