Es una pena pasear por las noches de verano por este pueblo tan bonito.
El escobar ya no es lo que era no se escuchan niños jugando al bote botella en la puerta de la iglesia , tampoco tiene gracia aquel parque donde se tonteaba con los nenes en nuestra edad del pavo.
Ahora es tan tranquilo que ni siquiera cantan los grillos ni hay mosquitos.
A veces cuando paseo siento una nostalgia tremenda.
Flori. Una de las pocas que quedan viviendo en el escobar.
El escobar ya no es lo que era no se escuchan niños jugando al bote botella en la puerta de la iglesia , tampoco tiene gracia aquel parque donde se tonteaba con los nenes en nuestra edad del pavo.
Ahora es tan tranquilo que ni siquiera cantan los grillos ni hay mosquitos.
A veces cuando paseo siento una nostalgia tremenda.
Flori. Una de las pocas que quedan viviendo en el escobar.