Iglesia Parroquial de la Purísima Concepción: En la céntrica
Plaza de Juan XXIII,
edificio del barroco murciano. Construida entre los años 1728 y 1744, ha sufrido varias rehabilitaciones. Aunque el interior del templo muestra en su
altar mayor un
retablo moderno de escayola, se cree que en el siglo XVIII se solicitó a Pablo de Sistori que llevara a cabo un retablo de
arquitectura fingida a modo de trampantojo. En esta
parroquia se encuentra entre otras la imagen de la patrona de
Fortuna, la Purísima Concepción que data de 1690, y es obra del
escultor Alonso Cano, relatan los ancianos del
pueblo que la
virgen en la guerra civil fue sacada de la iglesia y llevada a una
casa particular para guardarla detrás del portón, para evitar su destrucción.
Ermita de
San Roque, datada a principios del siglo XVII, es la primera iglesia con la que contó Fortuna. En esta ermita se entregó la Carta Puebla a Fortuna. Albergó durante mucho tiempo una imagen del
Santo Patrón atribuida a Salzillo, y que fue destruida en la Guerra Civil.
Ermita de San Antón: Es la de construcción más reciente en el municipio, acoge la imagen de San Antón durante todo el año y en la
Semana Santa cuenta con un papel clave en la
procesión, allí se "entierra" la imagen del
Cristo Yacente en la
noche del viernes santo, cuando las cofradías han subido desde la Iglesia hasta la ermita en la procesión del santo entierro, la cama como es popularmente llamada en Fortuna la imagen del Cristo Yacente. El Domingo de Resurrección se produce en ella el momento clave de la procesión, tras subir las imágenes desde la Iglesia hasta la ermita, se produce la salida triunfal del Resucitado, tras ello y como es
tradición en el pueblo se produce la "Jura de
Bandera".
Santuario Romano de la
Cueva Negra: Es, junto con el yacimiento de los Baños
romanos, uno de los referentes arqueológicos más importantes a nivel nacional e internacional. Se trata de un conjunto de tres abrigos rocosos orientados hacia el sol y con un manantial de
agua.
Santuario Romano de los baños de Fortuna: Es uno de los yacimientos romanos más importantes excavados en
España. Conocido desde 1999, ha sido objeto de numerosas campañas arqueológicas que han sacado a la luz un espectacular complejo religioso de cabecera tripartita y articulado en torno a una
piscina y un
canal central.
El yacimiento, excavado sólo en parte, forma parte de un enorme conjunto que se extiende por las
casas vecinas y por debajo de los actuales Baños de Fortuna. En prospecciones de superficie realizadas por el entorno del
Balneario se ha documentado numerosa
cerámica de época
romana contemporánea al período de máximo auge del edificio romano (s. I y II d. C.) y que ha permitido a los investigadores delimitar aproximadamente la superficie ocupada por el yacimiento.