¿Financió el "Señor No" a Batasuna?
El Señor No, político anteriormente conocido como Rajoy, pasará a la historia como un mentecato ciertamente célebre. Analicemos su última ocurrencia:
1) El Señor No recordó al Gobierno que el partido Acción Nacionalista Vasca (ANV) "es Batasuna".
2) En 2001, el Gobierno que vicepresidía el Señor No le pagó 700.000 euros a ANV como liquidación de su patrimonio histórico incautado en la Guerra Civil, ya que dicho partido fue fundado en 1930.
3) Tras la aprobación de la Ley de Partidos en 2002, el Gobierno que vicepresidía el Señor No tuvo dos añitos, con sus días y sus noches, para pedir la ilegalización de ANV. Pero no lo hizo.
A la vista de estos hechos, cabe plantearle dos preguntas al Señor No, cuya formulación debe ser lo más sencilla posible para que incluso él pueda entenderlas. Ahí van:
1) ¿Financió el Señor No a Batasuna con 700.000 euros?
2) ¿Protegió el Señor No a Batasuna durante dos años negándose a ilegalizar una de sus marcas?
Estos son los señores del partido pancartero, aquellos que ladran su rencor por las esquinas.
El Señor No, político anteriormente conocido como Rajoy, pasará a la historia como un mentecato ciertamente célebre. Analicemos su última ocurrencia:
1) El Señor No recordó al Gobierno que el partido Acción Nacionalista Vasca (ANV) "es Batasuna".
2) En 2001, el Gobierno que vicepresidía el Señor No le pagó 700.000 euros a ANV como liquidación de su patrimonio histórico incautado en la Guerra Civil, ya que dicho partido fue fundado en 1930.
3) Tras la aprobación de la Ley de Partidos en 2002, el Gobierno que vicepresidía el Señor No tuvo dos añitos, con sus días y sus noches, para pedir la ilegalización de ANV. Pero no lo hizo.
A la vista de estos hechos, cabe plantearle dos preguntas al Señor No, cuya formulación debe ser lo más sencilla posible para que incluso él pueda entenderlas. Ahí van:
1) ¿Financió el Señor No a Batasuna con 700.000 euros?
2) ¿Protegió el Señor No a Batasuna durante dos años negándose a ilegalizar una de sus marcas?
Estos son los señores del partido pancartero, aquellos que ladran su rencor por las esquinas.