Tres jóvenes del pueblo, de 18 años, han tenido un accidente de coche y han fallecido dos de ellos. Desde la alcaldía se han declarado 2 días de luto oficial.
Me uno a lo que un vecino del pueblo ha expresado en el foro de la web de Javalí Viejo. Copio aquí el texto:
Uno no termina de creer estas cosas cuando ocurren.
¡Cómo es posible! Exclamamos todos conmocionados por la noticia.
Un coche anunciando la muerte de un joven, poco después un segundo coche que anuncia la de otro joven. Al rato un tercer coche anunciando que se declara luto oficial en Javalí Viejo durante 2 días. Todo el pueblo con el corazón encogido. Yo con la mirada fija en ninguna parte, pensando en mis amigos, hermanos, primos, conocidos... ¡Podría haber sido alguno de ellos! ¡Podría haberme tocado a mí! Pero no, la imprevisible muerte se ha llevado esta vez a dos jóvenes de 18 años de nuestro pueblo... ¡Cómo es posible! ¡18 años! ¡Si estaban empezando a vivir!
Ante el mayor misterio, que es el de la muerte, sólo cabe llorar (o gritar) de impotencia. Tristemente, ante estos acontecimientos es cuando más se nota que un pueblo es como una gran familia. Sentimos la necesidad de unirnos, de expresar nuestra confusión, porque nos cuesta asimilar lo que está ocurriendo, porque no comprendemos ese gran misterio de la muerte que nos acecha a todos sin excepción, porque se nos olvidan nuestros problemas, porque nos sentimos vulnerables, porque se nos ablanda el corazón, porque por unos instantes dejamos a un lado nuestra arrogancia y nuestra hipocresía para recordar que estamos de paso. Y ante tanta desdicha y tanta confusión, sólo se nos ocurre decir: ¡No somos nadie!
Yo sin embargo, prefiero decir: ¡Somos alguien, por eso morimos! ¡Estos dos jóvenes eran alguien! Decir lo contrario es como decir que no ha tenido sentido su existencia. Pues no, señores, yo prefiero creer que nuestra vida, dure lo que dure, tiene un sentido. Que lo que estos dos jóvenes han vivido y han sentido durante estos 18 años ha estado lleno de sentido y ha llenado de sentido las vidas de los que han tenido a su alrededor.
Mis más sinceras condolencias para los familiares y amigos de los fallecidos.
¡ánimo, hay que seguir adelante!
Un paisano (anónimo, pero consternado y unido en la oración).
Me uno a lo que un vecino del pueblo ha expresado en el foro de la web de Javalí Viejo. Copio aquí el texto:
Uno no termina de creer estas cosas cuando ocurren.
¡Cómo es posible! Exclamamos todos conmocionados por la noticia.
Un coche anunciando la muerte de un joven, poco después un segundo coche que anuncia la de otro joven. Al rato un tercer coche anunciando que se declara luto oficial en Javalí Viejo durante 2 días. Todo el pueblo con el corazón encogido. Yo con la mirada fija en ninguna parte, pensando en mis amigos, hermanos, primos, conocidos... ¡Podría haber sido alguno de ellos! ¡Podría haberme tocado a mí! Pero no, la imprevisible muerte se ha llevado esta vez a dos jóvenes de 18 años de nuestro pueblo... ¡Cómo es posible! ¡18 años! ¡Si estaban empezando a vivir!
Ante el mayor misterio, que es el de la muerte, sólo cabe llorar (o gritar) de impotencia. Tristemente, ante estos acontecimientos es cuando más se nota que un pueblo es como una gran familia. Sentimos la necesidad de unirnos, de expresar nuestra confusión, porque nos cuesta asimilar lo que está ocurriendo, porque no comprendemos ese gran misterio de la muerte que nos acecha a todos sin excepción, porque se nos olvidan nuestros problemas, porque nos sentimos vulnerables, porque se nos ablanda el corazón, porque por unos instantes dejamos a un lado nuestra arrogancia y nuestra hipocresía para recordar que estamos de paso. Y ante tanta desdicha y tanta confusión, sólo se nos ocurre decir: ¡No somos nadie!
Yo sin embargo, prefiero decir: ¡Somos alguien, por eso morimos! ¡Estos dos jóvenes eran alguien! Decir lo contrario es como decir que no ha tenido sentido su existencia. Pues no, señores, yo prefiero creer que nuestra vida, dure lo que dure, tiene un sentido. Que lo que estos dos jóvenes han vivido y han sentido durante estos 18 años ha estado lleno de sentido y ha llenado de sentido las vidas de los que han tenido a su alrededor.
Mis más sinceras condolencias para los familiares y amigos de los fallecidos.
¡ánimo, hay que seguir adelante!
Un paisano (anónimo, pero consternado y unido en la oración).