Procede del desamortizado Monasterio de la Ñora y es una obra de madurez.
Está inspirada en una iconografía ya muy conocida, que había dado obras ejemplares como la de Torrigiano. Salzillo la ejecutó con la técnica mixta habitual en él de madera y entelados, repitiendo en el rostro del santo los mismos rasgos fisionómicos dados a S. Pedro en varios de sus Pasos. Es una obra pensada exclusivamente para ser vista de frente en la que se evidencia una clara intención compositiva barroca en diagonal.
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Está inspirada en una iconografía ya muy conocida, que había dado obras ejemplares como la de Torrigiano. Salzillo la ejecutó con la técnica mixta habitual en él de madera y entelados, repitiendo en el rostro del santo los mismos rasgos fisionómicos dados a S. Pedro en varios de sus Pasos. Es una obra pensada exclusivamente para ser vista de frente en la que se evidencia una clara intención compositiva barroca en diagonal.
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