Gusanos saliendo del huevo otros ya con unos días de vida.
Hubo una época en la que los gusanos eran los reyes de
Murcia, consiguieron ganarse el respeto y la admiración de toda su población. Su papel en la economía era tan importante que se tomaban medidas como la prohibición de retirar estiércol en los meses de marzo y abril, para evitar que los fuertes olores no afectaran a su cría. Tal era la calidad de la materia prima que, según las investigaciones de Maria José Díaz, se celebraban ceremonias solemnes en la
ermita de
San Antonio el Pobre para dar las gracias. La seda que se producía en Murcia era de una calidad mucho mejor que la que se fabricaba en China.
Hoy en día siguen gozando de un papel distinguido en nuestra sociedad. Son varias las investigaciones que apuntan a que estos pequeños bichitos pueden estar tejiendo el futuro de la investigación celular. Para ello se ha desarrollado en el Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (Imida) un centro de I+D. Este departamento se encarga a estudiar las diferentes aplicaciones que tiene la seda en los
campos de la biotecnología y biomedicina. Este centro es líder en Europa ya que es el único que puede criar estos
insectos durante todo el año y tratar los capullos.
Este proyecto es posible gracias a las tres plantas que conforman el
edificio donde el sótano juega un papel estratégico. En él se ubican las cámaras que permiten reproducir a los gusanos una vez que termina el periodo de la
primavera. En ellas se incuban los huevos y se les alimenta, así como el almacenamiento de las hojas de morera necesarias para el desarrollo de estos invertebrados.
Las investigaciones con los gusanos de seda están despertando el interés a nivel internacional, ya que diversas entidades europeas y japonesas han puesto su atención en este estudio. La posibilidad de conseguir biomateriales para el cultivo de tejidos humanos, aplicables a la medicina regenerativa, plantea un posible beneficio económico a la hora de comercializar los productos que se obtengan.