La pedanía de La Ñora ha tenido entre sus hijos y vecinos a hombres y mujeres que han destacado por su labor profesional, siendo los más recordados aquellos que destacaron por su servicio público o su meritoria carrera.
De entre todos estos distinguidos ñoreros, de origen o adopción, destacan los eclesiásticos y religiosas. Quizá la cercanía del convento de San Pedro, de la orden de los jerónimos, propició siempre un ambiente en el que el respeto por lo religioso y las instituciones eclesiásticas, favoreció las vocaciones religiosas.
Dos obispos destacan en la historia de La Ñora, el obispo mercedario de Magido, Fray Buenaventura Cano, y el actual arzobispo de Burgos, Francisco Gil Hellín. Tras ellos varios religiosos, como el padre franciscano fray Juan José Gómez, autor de varias obras piadosas, la misionera sor Carmen Molina Gómez, el fundador de asociaciones marianas José Miguel Navarro, y otros muchos dedicados plenamente a su vocación.
También influyó la orden de los Padres Jerónimos en el desarrollo de la educación, pues fueron pioneros de la enseñanza primaria de la pedanía. La primera solicitud conocida de un maestro para dar clases en La Ñora, es la de 1772, de don Miguel Beltrán, que la cursó al Ayuntamiento de Murcia, que más tarde lo examinaría al respecto.
Encabeza la lista de meritorios maestros, don Cipriano Galea, seguido de don Luis Orts, con una vida dedicada a la administración pública. En la educación femenina se conoce a Juana Navarro, primera maestra conocida de La Ñora, en 1851, y que fue seguida por otras maestras como Asunción Galea o Josefina Orts.
De triste recuerdo para los ñoreros es la figura de Constantino Ortín Gil, gobernador militar de Madrid, asesinado por la banda terrorista ETA un tres de enero de 1979, y a quien su pueblo dedicó rendidos homenajes tras su muerte.
De entre todos estos distinguidos ñoreros, de origen o adopción, destacan los eclesiásticos y religiosas. Quizá la cercanía del convento de San Pedro, de la orden de los jerónimos, propició siempre un ambiente en el que el respeto por lo religioso y las instituciones eclesiásticas, favoreció las vocaciones religiosas.
Dos obispos destacan en la historia de La Ñora, el obispo mercedario de Magido, Fray Buenaventura Cano, y el actual arzobispo de Burgos, Francisco Gil Hellín. Tras ellos varios religiosos, como el padre franciscano fray Juan José Gómez, autor de varias obras piadosas, la misionera sor Carmen Molina Gómez, el fundador de asociaciones marianas José Miguel Navarro, y otros muchos dedicados plenamente a su vocación.
También influyó la orden de los Padres Jerónimos en el desarrollo de la educación, pues fueron pioneros de la enseñanza primaria de la pedanía. La primera solicitud conocida de un maestro para dar clases en La Ñora, es la de 1772, de don Miguel Beltrán, que la cursó al Ayuntamiento de Murcia, que más tarde lo examinaría al respecto.
Encabeza la lista de meritorios maestros, don Cipriano Galea, seguido de don Luis Orts, con una vida dedicada a la administración pública. En la educación femenina se conoce a Juana Navarro, primera maestra conocida de La Ñora, en 1851, y que fue seguida por otras maestras como Asunción Galea o Josefina Orts.
De triste recuerdo para los ñoreros es la figura de Constantino Ortín Gil, gobernador militar de Madrid, asesinado por la banda terrorista ETA un tres de enero de 1979, y a quien su pueblo dedicó rendidos homenajes tras su muerte.