Dentro de la
Semana Santa de
La Raya de Santiago, hay un acto de alto contenido espiritual y emotivo: LA BENDICION DE JESUS NAZARENO. La imagen, de principios del XVIII es articulada y de estilo napolitano y muchos expertos la atribuyen a Nicolás Salzillo. Gracias a un ingenioso mecanismo, el Nazareno mueve su brazo derecho e imparte la Bendición.
El emocionante acto, que transcurre en medio de un impresionante silencio, tiene lugar junto a las tapias del
cementerio; y envuelto en una casi total oscuridad. Tan solo las luminarias del propio paso iluminan la figura patética del Nazareno, con su expresión angustiosamente dolorida que impresiona enormemente al numeroso público que se congrega en las inmediaciones. Es una bendición tanto para los vivos, como para los que ya fallecieron, de ahí la enorme carga emotiva que embarga a los presentes. Es un acto breve pero intenso, de una extraordinaria singularidad y belleza; un acto que tiene lugar en la
noche perfumada de la
primavera murciana y que nos trae aromas de lejanos azahares, entremezclándose con el débil resplandor de los cirios y emocionados suspiros de gente sencilla que musita sutiles plegarias, apenas audibles.