Yo nací en La Unión, y he vivido alli hasta que el año pasado me casé y me trasladé a vivir fuera, ahora comprendo aquello de que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde. La tranquilidad y la armoniosidad de sus calles no se encuentra en cualquier parte; realmente es un pueblo donde se vive muy tranquilo y muy bien, y todo el mundo se conoce y hace que se sucedan estampas tan cotidianas como el ver a varias personas dialogando en la calle, cordialmente; y que tanto se echa de menos en las grandes ... (ver texto completo)