La quema del Raspajo es el acto con el que culminan las fiestas patronales de Las Torres de Cotillas tras la procesión de la patrona, la Virgen de la Salceda. La quema del Raspajo tiene su base en la antigua fiesta que se realizaba desde el siglo XVIII hasta los años 20 del siglo XX. Consistía en la pisada pública de la última cosecha de uva, de ahí el sobrenombre de Raspajo un racimo de uvas sin ellas, solo con la raspa. El Raspajo y su quema simbolizan tanto esta tradición como el pasado agrícola, huertano y vendimiero del municipio. Es el sentido retórico del Raspajo con el fuego el verdadero símbolo de esta remozada y antigua tradición.