Glorieta de San Vicente, al que veo que le han limpiado el polvo (Le han perdonado el gesto- De Lorca, ni el polvo-) Vertical a la entrada de la misma, he vivido unos hermosos años, en los que me formé escuchando a mis abuelos, gran hombre, mi abuelo, su intelecto me marcó para toda la vida, entre él y mi bisabuela María, menuda universidad la suerte que fue la mía. Calle Floridablanca 3. La casa y el palacete (Huerto Ruano) ya desaparecidos, han transcurrido muchos años y cada día tengo para ellos un recuerdo, de cariño y agradecimiento, que poco se valora hoy día a los mayores, cuanto han de aprender los jóvenes. Joaquín, Marisa, Mª del Carmen, Diego, Gely, os envío de nuevo un abrazo, hacerlo extensible a vuestros hijos. Vuestra prima. Teresa