La tragedia que en segundos estamos viviendo todos los ciudadanos de este país, no es de las noticias por las cuales nadie quisiera verse en TV. Mala noche he pasado, enganchados mis oídos a los cables de los auricular ares de mi pequeña radio, siguiendo paso a paso todo lo que estaba ocurriendo en esa mí querida ciudad, el barrio le llamábamos, y por lo que escucho y veo, ha sido el barrio el más castigado por ese maldito terremoto, que se ha llevado dos vidas, ha dejado a miles de familias sin esa casa que tanto trabajo había costado el poder tenerla, algunos estarán pagando aún la dichosa hipoteca. Cierto es que durante el día de ayer, escuche a través de la radio, que un vidente había predicho que era el día indicado para que un terremoto acabara con la ciudad romana, y miren por dónde, ha sido la Lorca de las tres culturas, la que por el momento se ha llevado la peor parte. A una de mis amigas de la niñez, también están todos sanos y salvos, solo que uno de la familia, de su casa no sabe cuál será el color que en ella pondrán, espero, deseo que el verde de la esperanza, como me queda la esperanza de que hoy sea Lorca la noticia y que pasado unos días le olvidemos, cosa que no debería suceder, volquémonos en hacer lo que se pueda, si poder andar pudiera, creo que hoy ahí estaría, pero a la disposición de ese pueblo lo poco o mucho que tengo, contad con esta persona la vais a encontrar, soy de las que nunca se esconde, de las que nunca abandona, sobre todo si como es el caso ha sido la tragedia lo que desgraciadamente, hoy a ellos les ha tocado, ¿Acaso somos los de otras regiones invulnerables? Ni en el país del Sol naciente se han librado de la fuerza dura de la naturaleza, el Sol naciente y el sol casi siempre, el de Lorca, radiante y casi permanente es. Por Lorca, por esos ochos seres muertos, por los que heridas en el alma y cuerpo tienen. Servidora que ciudadana del mundo siempre me he pronunciado ser, hoy no hace falta que se me pregunte de donde mí corazón es, sin duda alguna, lorquina. Os quiere. Teresa Pérez Álvarez