Tienen, entre todos podemos, si falla el humanismo, la solidaridad entre las gentes, de todo el mundo, si solo nos quejamos cuando es a nosotros cuando nos toca (Nadie es invulnerable) y, mucho menos cuando de la fuerza de la naturaleza se trata, que la soberbia se destierre del planeta, seamos humilde, seamos, porque así lo somos, hermanos. Es muy bonito estar en los eventos de diversión, pero si algo es verdaderamente hermoso, es ver que nos ayudamos los unos a los otros. Amigos, lo que ahora son titulares rimbombantes en los medios, en breve seréis olvidados, mucho boato, mucha cara "triste". Eso sí, con buenos trajes, sin decir: Dadme un mono de faena, decidme en que puedo ayudar, que hay mucha espalda sin trabajar, esa y no otra es la verdadera confirmación del sentimiento, todo lo demás son gaitas y gatos inútiles, cuando son miles de personas, de las cuales sus vidas ya de por si duras, más duras se las suelen poner. Sobran corbatas y falta vergüenza, el consentimiento de construcciones de ínfima calidad, digan lo que digan geólogos y arquitectos, se les nota a la legua ese corporativismo del que estamos ya más que hartos. En otro país, ya habrían cortado cabezas, aquí a callar, hacer acto de presencia, prometer () lo que está por ver. Y adiós muy buenas, ni soy política, ni apolítica, solo soy un ser humano, que ha luchado desde siempre por ayudar a quien más que servidora lo necesita, la demagogia se las dejo al político de turno, unos políticos, que ni hablar saben, todo el vocabulario es un malísimo cuadro abstracto. Si hay alguien que me enseño y trasmitió de su genética, esas personas se llaman. María Zurano Pérez, Teresa Navarro Zurano, Emilia, María Antonia, Isabel, Julián, sin olvidar a esa gran cabeza, al tertuliano que embobaba, mi querido abuelo, Joaquín Pérez García, la saga es tan larga, me gustaría nombrarlos uno a uno, a los que se fueron y a los que afortunadamente, siempre que los necesito están ahí. Seamos generosos, solo así estaremos haciendo una sociedad más justa, más inteligente, para que vaya a seguir, cuando quien lo tuvo que hacer ya lo hizo, y no fueron muchas sus palabras. Hechos están ahí y su único mandamiento, fue, es y será por siempre: Amad a vuestro prójimo como a vosotros mismos. Un fortísimo abrazo, mucho ánimo, que no falte el buen humor, que la sonrisa no sea una mueca amarga. Algo que me sucedió el día siguiente cuando ya pude hablar con mí Marisa, unos vecinos tenían puestos, uno de los pasajes más hermosos del Aleluya de Hended, fue como un bálsamo, que atenuó mí inmensa tristeza.
Abrazos gentes emprendedoras, honestas, trabajadoras de toda esa gran región de Murcia.
¡Pedid o dar un núemero de cuenta!
Abrazos gentes emprendedoras, honestas, trabajadoras de toda esa gran región de Murcia.
¡Pedid o dar un núemero de cuenta!