Mula tiene una rica
historia. En 713 aparece como una de las siete ciudades del Pacto de Tudmir firmado por el visigodo Teodomiro y el árabe Muza.
Durante la reconquista cristiana del Reino de
Murcia (más bien protectorado ante el Reino de
Granada) Mula jugó un papel muy importante al negarse el arraez de la independiente Mula, junto con el Lorca y Cartagena, a aceptar el vasallaje pactado en Alcaraz entre el rey de Murcia Aben Hud y el Infante de Castilla en abril del año 1243. Tras un largo cerco a la villa, el 23 de Mayo de 1244 el Infante Alfonso manda un mensajero a pleitear con el arraez Alb-hacen Belcli para que entregue la villa o la entrará con las armas, el moro le contesta "que la ganaría cuando la mula pariese (la mula es animal estéril, cruza del asno con la
yegua). Esto enfureció tanto al Infante Alfonso, futuro rey El Sabio, que mandó tomar la villa a sangre y fuego. Tras una sangrienta batalla el Alb-hacen Belcli rinde la
plaza y las hueste cristana al mando del Maestre del Temple Pelay Correa entra en la ciudad y libera a más de 1000 cristianos cautivos. La Crónica Alfonsí dice: " Mula es villa de grant fortaleza et bien çercada, et el castiello della es commo alcaçar alto et fuerte et bien torrado". Antes de regresar a
Toledo deja a 80 caballeros de armas al gobierno de la villa que recibiría el Fuero de
Córdoba en 1245. Estos hidalgos dejaron sus apellidos desde
Galicia,
León,
Vizcaya y Castilla: los Fajardo, Llamas, Párragas, Saavedra, Artero, Dato, García, Melgarejo, Miñano, Piñero, Gutiérrez, Ayala, Zapatas, Perea, Coy, entre otros.
A finales del siglo XIII, Mula libraba la batalla más importante de su historia con la invasión del Reino de Murcia por el rey de
Aragón en 1296. El 28 de mayo de este año, Jaime II ponía cerco sobre Mula, tras negociar con el alcaide, este le reconoce como soberano tres días después. Pero, esta alianza no duraría mucho tiempo, los muleños leales a Castilla no reconocerían la soberanía aragonesa y se sublevarían al poco tiempo. Ocho años después, los muleños parapetados en los muros de su
castillo, aún seguían resistiendo heroicamente el largo y penoso asedio. Ante la imposibilidad de conquistar Mula, los aragoneses deciden darse a la retirada, las bajas sufridas y la hueste de Fernando IV al caer, así lo aconsejaba. Heridos en su orgullo, prenden fuego a la villa en su desbandada. Sin duda, la resistencia muleña propició la vuelta del Reino de Murcia a la Corona de Castilla en 1304.
Todas estas hazañas no las tuvo en cuenta el rey Juan II, cuando enajenó la villa de Mula de la Corona de Castilla el 12 de septiembre de 1430 para entregársela en señorío al Adelantado del Reino de Murcia, Alonso Yáñez Fajardo II. A partir de aquí, el enfrentamiento por el control del poder entre el concejo y el señor sería incesante a lo largo del tiempo, incluso más allá de la extinción de esta estirpe con la muerte sin sucesión del XI marqués de los Vélez al final del siglo XVIII.
HISTORIA. El interés con que comunmente se ha tratado de ennoblecer el origen de las pobl., no ha estado escaso en producir ridículos caprichos respecto de Mula. La fundaron griegos zaciutos (dice un resumen histórico de Mula, manuscrito que tenemos a la vista), que vinieron a
España de la isla de Zante, dominándola Sículo, 1,300 años antes de la Encarnación, y la llamaron Salonac... Llamó la atención de Publio Escipión, y la denominó Lavinea... El emperador Antonino Pio la visitó, la hizo reedificar y
adornó con algunas
plazas...» Y ¿con qué se autoriza relación tan peregrina? así, dicen, consta dé la colección de privilegios y escrituras existentes en la academia de la Historia. Con frecuencia se han visitado los archivos perdonados por el abandono y demás calamidades que han tenido que sufrir, más bien para autorizar con su cita ridiculeces semejantes, que tan lejos están de resultar de ellos, que para estudiar la historia política, tanto mas interesante, y para la que no deja de existir en ellos preciosos antecedentes. Fuera de consejos, ¿qué es lo que se sabe de la
antigüedad de Mula? qué es muy remota, probado por los fragmentos de sus
termas y otras antiguallas. Nada más puede decirse, y ni cabe sospechar cuál fuese el nombre que la distinguiese antes que el actual de Mula, sino es este el primitivo. Nada de Salonac, nada de Lavinea, pues son nombres enteramente desconocidos en la geografía ant, y la primer noticia que tenemos de esta pobl. nos la ofrece con su actual nombre. Mula era una de las siete ciudades en que debia ejercer su potestad Teodomiro, en virtud del tratado celebrado en Orihuela con Abdelaciz, hijo de Muza. Con el mismo nombre aparece entre las principales ciudades dé la prov. de Toledo, en la división que hizo de la España Yusuf, en 747. Si así resulta la llamaban los árabes Mula, ¿qué es de la fábula inventada por los que con poco trabajo lo han querido dar todo por averiguado, y han dicho que se la impuso este nombre porque los musulmanes que la defendían, decían, que los cristianos, sus sitiadores, la habían de ganar cuando la mula pariese? extraño es ver luego, como se han ido transmitiendo esta puerilidad de unos á otros, Vicente Mares, Rodrigo Méndez Silva, Espinal! y Garcia, los señores del Diccionario Geográfico Universal, publicado en
Barcelona etc. Cuando el rey de Murcia ofreció sus estados al infante D. Alonso, o más bien por su medio, al rey
San Fernando, Mula se desentendió del compromiso qué esta oferta de su rey, la produjera. Dicho infante se apoderó de ella en 1226, a su regreso de Murcia. Los historiadores de este hecho apuntan que era Mula plaza de entidad, cuyo alcázar estaba murado y torreado. Mula se mantuvo leal a D. Fernando, cuando el rey de Aragón invadió el terr. de Murcia, año 1236. El
escudo de armas de esta v. ostenta un castillo con una águila encima, y dos mulas, una a cada lado de él. Es patria del íllmo. Sr. D. Juan Valcárcel Dato, presidente de la chancillería de
Valladolid, y después del Supremo Consejo de Castilla: del marqués de los Llanos, individuo del mismo tribunal: del venerable Fray Ginés de Quesada, religioso de la orden de San Francisco, que pasó al Japón a predicar la fe, donde fué martirizado en 1658, y del Dr. Hurtado y Pérez, que visitó a Roma,
Hungría y Moravia, y murió en 1591 en opinión de santidad y literatura.
* Diccionario geográfico - estadístico - histórico de España y sus posesiones de Ultramar, Pascual Madoz.
Madrid, 1848.