HISTORIA. El interés con que comunmente se ha tratado de ennoblecer el origen de las pobl., no ha estado escaso en producir ridículos caprichos respecto de Mula. La fundaron griegos zaciutos (dice un resumen histórico de Mula, manuscrito que tenemos a la vista), que vinieron a España de la isla de Zante, dominándola Sículo, 1,300 años antes de la Encarnación, y la llamaron Salonac... Llamó la atención de Publio Escipión, y la denominó Lavinea... El emperador Antonino Pio la visitó, la hizo reedificar y adornó con algunas plazas...» Y ¿con qué se autoriza relación tan peregrina? así, dicen, consta dé la colección de privilegios y escrituras existentes en la academia de la Historia. Con frecuencia se han visitado los archivos perdonados por el abandono y demás calamidades que han tenido que sufrir, más bien para autorizar con su cita ridiculeces semejantes, que tan lejos están de resultar de ellos, que para estudiar la historia política, tanto mas interesante, y para la que no deja de existir en ellos preciosos antecedentes. Fuera de consejos, ¿qué es lo que se sabe de la antigüedad de Mula? qué es muy remota, probado por los fragmentos de sus termas y otras antiguallas. Nada más puede decirse, y ni cabe sospechar cuál fuese el nombre que la distinguiese antes que el actual de Mula, sino es este el primitivo. Nada de Salonac, nada de Lavinea, pues son nombres enteramente desconocidos en la geografía ant, y la primer noticia que tenemos de esta pobl. nos la ofrece con su actual nombre. Mula era una de las siete ciudades en que debia ejercer su potestad Teodomiro, en virtud del tratado celebrado en Orihuela con Abdelaciz, hijo de Muza. Con el mismo nombre aparece entre las principales ciudades dé la prov. de Toledo, en la división que hizo de la España Yusuf, en 747. Si así resulta la llamaban los árabes Mula, ¿qué es de la fábula inventada por los que con poco trabajo lo han querido dar todo por averiguado, y han dicho que se la impuso este nombre porque los musulmanes que la defendían, decían, que los cristianos, sus sitiadores, la habían de ganar cuando la mula pariese? extraño es ver luego, como se han ido transmitiendo esta puerilidad de unos á otros, Vicente Mares, Rodrigo Méndez Silva, Espinal! y Garcia, los señores del Diccionario Geográfico Universal, publicado en Barcelona etc. Cuando el rey de Murcia ofreció sus estados al infante D. Alonso, o más bien por su medio, al rey San Fernando, Mula se desentendió del compromiso qué esta oferta de su rey, la produjera. Dicho infante se apoderó de ella en 1226, a su regreso de Murcia. Los historiadores de este hecho apuntan que era Mula plaza de entidad, cuyo alcázar estaba murado y torreado. Mula se mantuvo leal a D. Fernando, cuando el rey de Aragón invadió el terr. de Murcia, año 1236. El escudo de armas de esta v. ostenta un castillo con una águila encima, y dos mulas, una a cada lado de él. Es patria del íllmo. Sr. D. Juan Valcárcel Dato, presidente de la chancillería de Valladolid, y después del Supremo Consejo de Castilla: del marqués de los Llanos, individuo del mismo tribunal: del venerable Fray Ginés de Quesada, religioso de la orden de San Francisco, que pasó al Japón a predicar la fe, donde fué martirizado en 1658, y del Dr. Hurtado y Pérez, que visitó a Roma, Hungría y Moravia, y murió en 1591 en opinión de santidad y literatura.
* Diccionario geográfico - estadístico - histórico de España y sus posesiones de Ultramar, Pascual Madoz. Madrid, 1848.
* Diccionario geográfico - estadístico - histórico de España y sus posesiones de Ultramar, Pascual Madoz. Madrid, 1848.