Joaquín Pérez
García, un gran hombre con un cerebro privilegiado, de no haber tenido el accidente, hubiera llegado a lo más alto, y llegado a lo más alto está en mi corazón y mente, serán muchos los ciudadanos que le recordaran, tanto a él como a mí abuela, una gran mujer, a la que todos querían, hasta las
flores tenían un toque especial, sus manos, de la que se libraron los cocineros de hoy, de haber nacido más tarde, la magia en la cocina. Saludos. Teresa Pérez Álvarez