En 1243, por el tratado de Alcaraz, este
valle, al igual que el resto de la Taifa de
Murcia, se incorporó a la Corona de Castilla en forma de protectorado.
El Infante Sancho, hijo de Alfonso X el Sabio, prometió a la Orden de Santiago la entrega de este territorio a cambio del apoyo de la orden a sus aspiraciones a la corona castellana. Cuando éste consiguió el trono en 1284, Sancho IV cumplió lo prometido entregando el valle de
Ricote. Hasta esa fecha, había estado concedido en señorío a Enrique Pérez de Arana