Los mejores recuerdos de mi infancia y parte de mi adolescencia están en ese trocico de la
huerta murciana, en la
casa de mi abuela Ana María, en plena
Plaza. Soy Rinconera de corazón, y no he vuelto al
pueblo desde que mi abuela murió, pero mis mejores
veranos y mis mejores
Navidades los viví allí. Entre Moreras y gusanos de seda; paseando por el soto, el jopo, el
puente de
La Raya o caminando por la
carretera de
La Ñora hasta Los Jerónimos. Un beso muy, muy grande para todos los rinconeros estén
... (ver texto completo)