En el año 90
compré un duplex en
Lo Pagán. Era un sitio precioso, pero se fué convirtiendo en un hormiguero de
casas,
coches y gentes, y he acabado vendiendo mi duplex. Ahora voy de vez en cuando a La Llana, me baño y me vuelvo a
Murcia.¡Qué buenos recuerdos!