Su nombre proviene de la palabra latina "sanguinaria", en recuerdo de una cruenta batalla entre moros y cristianos en el año 713. Se dice "la Verde" para distinguirla de
Sangonera la Seca, pues se regaba con las
aguas de crecida del
río que lleva su nombre. Ya los historiadores árabes distinguían entre las dos sangoneras.
Se dice que unos frailes trajeron al
pueblo una talla de la
Virgen de los Ángeles, contruyendo para ella una
ermita que llamarían la "ermita nueva", sobrenombre de
Sangonera la Verde, para distinguirla de las
ermitas de Sangonera la Seca. Alrededor de esta ermita surgió un pueblo hábil en la contrucción y por ello se le conoce hoy en
Murcia.