La tesis mas aceptada sobre los orígenes de
Santa Cruz defiende que en este lugar existió un asentamiento de población morisca, la tribu o
familia de “Benizá”, que se afincó en estas tierras a principios del s. XII, iniciando la adecuación de los terrenos para el cultivo y la apertura de acequias de riego, una de las cuales mantiene actualmente el nombre de dicha tribu.
A finales del s. XIII, tras la conquista de
Murcia por Alfonso X, se procedió al reparto de las tierras entre los nuevos conquistadores, y a tales efectos se contabilizó que la alquería de “Benizá” tenia una extensión de 730 tahullas, siendo tasadas por los repartidores en 206 alfabas. En documentos de la época se constata que el total de pobladores en la tercera partición era de 40, descendiendo a 36 en la cuarta. Así mismo y según investigaciones realizadas por Francisco Arnaldos, se construyó en el lugar una mezquita, propiedad de los Benizá, que el rey Sabio concedió al nuevo morador Guiralt Saurín.
Durante los s. XIV y XV se fueron sucediendo diferentes adjudicatarios sobre esta heredad, viéndose aumentada la actividad colonizadora y el proceso de desecación de los almarjales.
No existe constancia del momento en el que se adoptó el nuevo y actual nombre de “Santa Cruz”, si bien a finales del s. XVI aparecen en diversos documentos referencias a la heredad de Santa Cruz como propiedad de D. Rodrigo Vázquez , “señor de Santa Cruz de la Ribera y Canalizo”. Este enclave gozó desde época de los Reyes Católicos de una organización jurídica diferente a la de otros
caseríos o lugares de
huerta o de
campo, por cuanto era catalogada, como señala Abelardo Merino, “de extraña jurisdicción, por ser de señorío constituido con poder suficiente para ejercerla”, al igual que “la Alberca, la Buznegra y Espinardo”.
A principios del s. XVII, según el mencionado historiador Francisco Arnaldos, la heredad de Santa Cruz, cuyo dueño seguía siendo D. Rodrigo Vázquez, estaba limitada por el
río Segura y las tierras de Damián Garrigós, Alfonso Jaymes, Francisco Casquer, Juan Tacón, D. Luis Galtero y D. Lorenzo Riquelme. En el año 1.604 fallece el citado propietario y la heredad, valorada en 12.925 reales , pasó a formar parte del mayorazgo concedido como dote a su hija Francisca, casada con D. Luis Alemán de Balibrea. Los nuevos propietarios solicitaron al rey Felipe III la denominación de villa para la jurisdicción de Santa Cruz. Este mayorazgo se mantuvo en manos de la familia Vázquez Alemán de Balibrea durante muchos años (su
escudo familiar de señores de Santa Cruz de la Ribera y Canalizo se podía contemplar hasta hace poco en un viejo caserón situado junto a la
Ermita Vieja, tal como refiere el cronista D. Manuel Herrero Carcelén). A lo largo de esta centuria y debido a las innumerables inundaciones se realizaron diversas obras o “trenques” en las curvas del río para reforzarlas y evitar su rotura. Concretamente, a finales del citado siglo XVII, D. Payo Afán de Rivera dirigió una serie de obras destinadas a tal menester en el límite entre Santa Cruz y El Raal, por lo que el lugar es conocido tradicionalmente como “trenque de D. Payo”.
A partir del año 1.785, con motivo de la nueva división territorial de
España realizada por el Conde de Floridablanca, Santa Cruz pasa a ser considerada villa de señorío secular con alcalde ordinario. En ésta época se inició la construcción del
edificio conocido como “la
fábrica del Catalán”, considerado por el Instituto del Patrimonio Histórico de Murcia como un ejemplo de construcción industrial de estilo neobarroco.
En 1821, durante el periodo conocido como Trienio Liberal (1.820-1.823), se erigió en
ayuntamiento propio pero solo se mantuvo hasta el año 1.844, fecha en que según Pascual Madoz se suprimió “por su corto terreno y corto vecindario” (según este autor, Santa Cruz contaba en este periodo con tan solo 21 vecinos). En el mismo año en que se convierte en municipio se constituyó la Hermandad de Nuestra Señora del Rosario, conocida como los “auroros de Santa Cruz”, que en el año 1.826 adquirieron una imagen de su titular que instalaron en la Ermita Vieja, templo que, según algunos autores, data del siglo XVI y que se sitúa junto al río en la denominada Vereda de la Cruz. En dicha ermita se ofrece un
homenaje a la
virgen, destacando “el encuentro” de diferentes
Campanas de Auroros.
La pedanía ha tenido un enorme crecimiento poblacional a partir de la primera década de la actual centuria. Concretamente, de los 251 habitantes registrados en el censo de 1.920 se pasa a los 938 inscritos en 1.930. La importancia de la pedanía aumentará paralelamente al aumento poblacional, tanto desde el punto de vista administrativo como en lo eclesiástico. Prueba de ello fue la construcción a partir de 1.943 de su
iglesia parroquial, culminada en el año 1.952. Dicho crecimiento se mantendrá en los años posteriores hasta alcanzar los 2.166 habitantes inscritos en el padrón municipal de 1.996, población que se distribuye entre los núcleos de Santa Cruz,
San José Obrero y la huerta circundante.
El sector agrícola es el mas importante, siendo los cultivos de regadío, naranjo y limonero los que predominan habiendo descendido el cultivo tradicional de maíz, que ha sido sustituido por el cultivo de
hortalizas (acelga, pepino, coliflor, col y repollo). A continuación le siguen en importancia la industria y los servicios. El transporte y exportación de
frutas representa una actividad importante, habiéndose instalado algunos establecimientos industriales destinados a la madera, materiales para la construcción, tallares de reparación de maquinaria y chacinería.
Información obtenida de la web del Ayuntamiento de Murcia (http://www.ayto-murcia.es/pedanias/santacruz_
historia.asp )