Será en los siglos XVI y XVII, cuando la actividad repobladora del
campo murciano se vea acrecentada, citándose el “
Pozo de Suzina”, el “Derramador de Suzina” y “Cañada de Suzina” como focos o centros de ese poblamiento, aunque se desconoce el momento concreto en el que se produce la concentración poblacional.
En los inicios del s. XVIII, dentro de la distribución orgánico-administrativa del Reino de
Murcia,
Sucina es considerada como un lugar dependiente de la jurisdicción del Corregimiento de la ciudad de Murcia, partido que según Abelardo Merino, que a su vez cita a Hermosillo Parrilla, se hizo
parroquia en el año 1.744, siendo fundada por el presbítero D. Baltasar Arteaga y Gamboa y en la que figuraba como cura D. Juan Rubio, en los tiempos del Obispo Ilmo. Sr. D. Juan Matheo, de la Orden de los Clérigos Menores. En 1768 se cifra en 919 el número de sus feligreses. Hacia 1.785 Sucina se incluye dentro del partido de Murcia como lugar de realengo con alcalde pedáneo.
En los albores del s. XIX, mas concretamente en el periodo denominado Trienio Liberal (1.820-1.823), Sucina logrará tener
Ayuntamiento propio, incluyendo en su término municipal las localidades de
Balsicas, Cañadas de
San Pedro, Gea y Truyols,
Cabezo de la Plata y Jerónimo y
Avileses. Esta situación se mantuvo solamente hasta el año 1.834, fecha en la que pasó nuevamente a depender del Ayuntamiento de Murcia, debido a los numerosos problemas derivados de la falta de recursos económicos y la lejanía de los
pueblos asociados a la cabecera municipal. A mediados de la citada centuria, y ya como diputación ó pedanía agregada al Ayuntamiento de Murcia, se tiene constancia, a través de la
información facilitada por Pascual Madoz, de que Sucina la componían 50
casas reunidas en el núcleo principal de población, y hasta 400 diseminadas, todas ellas habitadas por labradores, estimándose una población de 450 vecinos, lo que significaría unas 3.050 almas. Contaba también con una
iglesia parroquial de la que era titular Ntra. Sra. Del Rosario,las diputaciones de Abileses, Gea y Trullors, parte de Balsicas y de las Cañadas de San Pedro, con tres
ermitas en dichos puntos”. Continuando con los datos aportados por el autor citado, “el terreno era todo de secano, formado por lomas incultas que corren de N a S y cañadas ú
honduras para sembrar, paralelas a dichas lomas”. En estas tierras se cultivaba trigo, cebada, avena y aceite, existiendo algún
ganado lanar y cabrío, dándose también la actividad cinegética, destacando la
caza de liebres, conejos y perdices.
En el presente siglo, sobre todo a partir de los años 60, la pedanía ha visto como descendía progresivamente el número de su población, y, así, de los 1.714 habitantes registrados en 1.960, se pasa a los 1.005 de 1.970 y a los 985 en 1.991. En la actualidad, considerando los datos obtenidos en la renovación padronal de 1996, la pedanía cuenta con 1.054 habitantes. Esta población se localiza en su gran mayoría en el núcleo de Sucina, distribuyéndose el resto entre el diseminado y el núcleo de
Casa Blanca. La mayor parte de su población activa se dedica a la
agricultura, predominando los cultivos de secano, principalmente
almendro, algarrobo y
olivo, aunque se han ido desarrollando importantes plantaciones de regadío destinados a la producción de cítricos,
hortalizas (melón, alcachofa y tomate) y leguminosas (haba verde). Al sector agrícola le siguen en importancia los servicios, la industria y la construcción, destacando empresas dedicadas al transporte y exportación de productos agrarios y a la comercialización de la
almendra. También está alcanzando cierta importancia la
ganadería como complemento de la agricultura, habiéndose instalado en la pedanía varias explotaciones agropecuarias.