En
Sucina nacio mi padre, y en ese
pueblo pase muchos meses de mi niñez. Iba alli con frecuencia. Suelo pasar por alli y siempre encuentro ese algo indefinible que es la base de su encanto. Quiza sea la paz que se respira, la amabilidad de sus gentes, o que ya soy mayor. Fui muy
feliz.