El origen de Ceneta es claramente arábigo. Es posible datar hacia el siglo IX la existencia de una fortificación en un montículo situado en la zona conocida como Tabala, en donde posteriormente (siglo XII) se construiría el
castillo de Tabala, ubicado junto a un
cementerio musulmán, que cumplió una importante función defensiva y de vigía del territorio, ya que era la referencia opuesta a los
castillos de Monteagudo, El Castellar y Larache, situados al otro lado del
valle. En las cercanías de esta fortificación se asentaron los miembros de una tribu berberisca del norte de África que vinieron a guerrear en favor de Abdala hacia el año 815 y que era conocida como los Zenetes (al-Zanât ó al-Zanâta), y de cuyo nombre devino la denominación de la localidad. Pocklington detalla la evolución del término a lo largo del tiempo como Acenet, Açenete (siglo XIII), Aseneta, Azeneta (siglo XV), Acenete (siglo XVII), Ceneta (siglo XIX). Esta teoría ha sido defendida, entre otros, por Asín
Palacios, Bernal Segura, Juan Lozano y Pochington, frente a la elaborada por Hernández Carrasco que lo hace derivar de la etimología al - Sanad : “el declive, la falda del
monte”.
En el siglo XIII Ceneta es citada como un lugar donde Alfonso X realizó asignaciones de tierras a los nuevos conquistadores, aunque, como señala Merino, es este uno de los lugares donde seguía predominando la gente morisca por lo que los nuevos propietarios no se atrevieron inicialmente a instalarse en ellas. Poco a poco fueron ocupando las tierras, aunque no cultivándolas directamente, sino en régimen de arrendamiento. Según
Torres Fontes se benefició de la mitad de las tierras de Ceneta a un solo caballero que las recibió en donadío en la tercera partición realizada hacia el año 1.266.
Tras el tratado de Torrellas - Elche (1.304 - 1.305) la línea divisoria entre los Reinos de
Murcia y
Valencia queda muy cerca de
Zeneta, permaneciendo ésta dentro del Reino de Murcia.
A partir del siglo XVI tiene lugar una progresiva concentración de tierras en manos de la nobleza, debido a que se produce un descenso poblacional que trae consigo una disminución de las tierras cultivadas, quedando la mayoría para el pasto del
ganado, lo que permitió la creación de importantes haciendas en las zonas de
huerta mas alejadas de la ciudad de Murcia, como es el caso de Ceneta.
El siglo XVII se caracterizó por la presencia de epidemias y penurias, cuya virulencia en Ceneta han resaltado Mercedes Barranco y Manuel Herrero, destacando las graves consecuencias de una epidemia de peste en 1.648 y las de la riada de 1.651, llamada de
San Calisto, que causó grandes estragos en las vidas y haciendas de sus pobladores. A estas concretas calamidades se unía el hecho de que la pedanía se encontraba al final de la red tradicional de acequias de la Huerta, lo que daba lugar al estancamiento del
agua tras las crecidas del
río y la proliferación de enfermedades.
Con la aplicación de nuevos sistemas de desecación de tierras, el siglo XVIII representó un periodo favorable a la ampliación del número de tahullas regables, lo que atraerá nuevos pobladores. Prueba de lo anterior es que a partir de 1.785 Ceneta obtendrá la consideración de Aldea de Realengo con Alcalde Pedáneo, alcanzando en el año 1.797 un total de 344 vecinos.
A lo largo del siglo XIX la población de la pedanía se mantuvo entorno a los 450 habitantes. Concretamente, en el año 1.835, se registran 451. En 1.850, Mercedes Barranco constata la cifra de 139 vecinos y 10 electores, siendo su alcalde pedáneo José Belmonte.
Hacia finales del siglo XIX se constituyó su
iglesia en
parroquia, teniendo su inicio los libros de bautismos, matrimonios y defunciones el 1 de marzo de 1.890. De las referencias de esta época aportadas por Madoz, se constata que en las tierras de Zeneta se cultivaba el trigo, el maíz y algunas legumbres, además de ser importante la producción de seda, teniendo gran fama la calidad de sus
aguas, especialmente la de la llamada
Fuente de Ordera.
Ya en el siglo XX su población mantuvo un importante crecimiento hasta el año 1.969 en el que figuran 1.936 habitantes, sufriendo un fuerte descenso a partir del año 1.970, donde solamente se registran 1.019 habitantes. A partir de ese año se inicia un nuevo pero lento proceso ascendente que presentará su cota mas alta en 1.986 con 1.551 residentes. En los años siguientes disminuyen nuevamente las cifras, siendo de 1.242 habitantes en 1991. Actualmente, y según los datos de población del padrón municipal referido a 1.996, cuenta con 2.762 vecinos (1.414 empadronados en Murcia y 1.348 en
Beniel). De su población activa el sector que mayor número ocupa es la
agricultura, especializada en cultivos de cítricos, seguido muy de cerca por la industria, la construcción y los servicios.