Querido Adolfo, te has ido dejando un gran vacío, pero no sabes cuanto cariño te has llevado contigo, cariño de niñez,
juventud y vejez de mi persona, cariño por haber sido un buen vecino y mejor persona, cariño por toda la
historia que te llevas y que jamás la podremos recuperar. Todavía recuerdo al viejo raposo (mi padre) cuando te dirigía con el tractor y el remolque para acunar la carga. Sabes? Después de la muerte de mi hermano, se me hacia muy cuesta arriba el ir a
Bañares, pero me decía, siempre
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