Lo más destacable es la
Iglesia Parroquial dedicada a
Santa Eulalia de Mérida.
Se construyó a finales del siglo XIX a expensas de otro hijo notable del
pueblo, Don Domingo Peña
Villarejo, Senador del Reino y Caballero de la Gran
Cruz de Isabel La Católica. Terminadas las obras, fue consagrada y dedicada para siempre al culto católico, el 16 de septiembre del año 1886.
Es un
edificio con muros de mampostería y
piedra sillar en los esquinazos. Tiene una nave central de cuatro tramos con pequeñas
capillas entre los contrafuertes cubiertas de
bóvedas de medio cañón, al igual que la cabecera rectangular. Los cuatro tramos se cubren con bóvedas de lunetos sobre
arcos de medio punto y
pilas toscanas adosadas a los contrafuertes. La
torre es de tres plantas y se levanta a los pies. Su
coro alto cobija ingreso adintelado.
En el presbiterio destaca un
retablo neoclásico de banco, cuerpo y ático con un lienzo en el que se halla representado el martirio de Santa Eulalia, obra de Rafael de Benjumea.
En una de las capillas hay un pequeño retablo barroco y en otra uno de estilo neoclásico con imágenes barrocas de
San Pedro, San Pablo y San Antón, San Aselo -otro hijo del pueblo- y Santa Bárbara.
Cabe destacar, por encima de todo, una imagen
gótica la
Virgen bajo la advocación de Ntra. Señora de
Barrio Espeso.
En la
arquitectura civil se encuentra el edificio del
Ayuntamiento y antiguas
escuelas, construido en las mismas fechas que la Iglesia parroquial y a expensas, también, de ese hijo benefactor de su pueblo, Don Domingo Peña Villarejo.
Existe en el pueblo un edificio noble de mampostería y sillería de tres plantas y ático con dos
escudos.